La mente es como una mochila atiborrada de cosas.
- De historias.
- Recuerdos.
- Limitaciones.
- Fracasos.
- Éxitos.
Temores.
Las personas somos cajitas de resonancia muy sensibles y susceptibles a los sonidos del entorno.
También a nuestras propias luces y sombras.
¿Cuántas veces te dijeron «vos no servís para nada», «Nunca vas a poder recibirte» y cosas de ese estilo?
¿Y cuántas veces te las creíste?
Muchas de las creencias que nos limitan, pueden tener su origen en palabras dichas por otr@. Quizás algún familiar o amig@.
Palabras hirientes, frases que lastiman, esas que dejan marcas indelebles.
Empezamos a posponer nuestros deseos y a volvernos cada vez más chiquit@s.
Nos achicamos.
Nos paralizamos y construimos murallas de objeciones y dilaciones.
Eso se llama MIEDO.
El complejo de Jonás
Abraham Maslow, padre de la Psicología Humanista, basándose en un relato antiguo, llamó “Complejo de Jonás” a la tendencia de negar los propios talentos, a la imposibilidad de reconocer las propias grandezas y de explorar las propias capacidades.
Nos estancamos por debajo de nuestras posibilidades y al cabo de un tiempo experimentamos algo así como un sentimiento de auto-traición.
Por eso más arriba mencionaba que te terminás metiendo en una zona de confort, un territorio seguro, pero que al mismo tiempo nos limita la posibilidad de crecer y de realizarnos.
En lo profundo reconocemos que habiendo podido más, solo nos animamos a llegar hasta “ahí”.
Sin embargo, tod@s los seres humanos tenemos habilidades, talentos, GRANDEZA.
Grandeza que no es soberbia, sino POTENCIAL.
No es fácil reconocerla y no es imposible explorarla.
Pues está allí, dentro tuyo.
¿Te pasó alguna vez que la vida te puso en aprietos, en una situación límite y de repente te encontraste haciendo cosas que creías que eras incapaz?
Una crisis puede llegar a poner en jaque nuestra comodidad y sacar a brillar la creatividad, sabiduría y valentía.
Parás un minuto y te cae una ficha: “nunca pensé que fuera capaz de hacer esto”.
La vida te puso a prueba y tu grandeza salió a flote.
El mundo merece aquello que vos podés brindar.
En búsqueda del bienestar
Existen múltiples y variadas maneras de poder superar estas limitaciones.
Una es la terapia.
Los procesos psicoterapéuticos ayudan a conectar con los deseos y emociones, y reconectar con el camino hacia la autorrealización.
Nos asusta pensar que podemos llegar a los lugares que soñamos.
Es extraño, pero funciona de esa forma la mente humana.
No te impidas compartir todo lo que tenés dentro tuyo y mostrar lo valios@ que sos.
¡Hasta la próxima!